@maxdancona,
El mundo masculino es transgredido por Safo; pero no se asume una actitud de desprecio hacia el varón. En el epitalamio A una mujer (5) se compara a un hombre con los dioses. Pero sus cualidades son muy distintas al ideal de hombre de la Grecia Arcaica. Este hombre no es un «general alto y bien plantado», ni un excelente rapsoda; es simplemente alguien que escucha a una mujer que habla dulcemente. Su actitud, además, es de reposo pues está sentado.
Me parece igual a los dioses ese
hombre que ahora está frente a ti sentado,
y tu dulce voz a tu lado escucha
mientras le hablas
y tu amable risa; lo cual, te juro,
en mi pecho el alma saltar ha hecho:
pues te miro apenas y mis palabras
ya no me salen
(Rodríguez, 1990, 37)
El hombre creado por Safo es abstracto, ideal. A través de él Safo subvierte la cultura masculina pues opone al hombre de acción un hombre contemplativo.
En este poema el elogio masculino se justifica en parte si consideramos el texto como un epitalamio. En este tipo de canciones hechas exclusivamente para bodas se expresa un elogio para los novios, pero la figura del hombre es un medio para estructurar una isotopía positiva de lo femenino. Es la mujer la que realmente importa. Es ella quien provoca la locura, el sentimiento que desestabiliza, es ella la de la dulce voz y la amable risa.
Esta postura la reafirma Safo en el poema que compara la belleza de Helena (muy superior) con infantes, tropas de carros y naves.
Y es sencillo hacer que cualquiera entienda
esto, pues Helena, que aventaja
en belleza a todos, a su marido,
alto en honores,
lo dejó y se fue por el mar a Troya,
y ni de su hija o sus propios padres
quiso ya acordarse, pues fue llevada
En este poema el mundo se mueve por una mujer: una mujer que aventajaba en belleza a todos, incluso a uno de los más grandes Atridas griegos. La areté se ha trasladado de un mundo heroico al planteado por la isotopía de los perfumes, las flores, los himnos y la belleza física femenina.
Este poema se puede considerar personal pues el fin último es rendirle un homenaje a Anactoria, una de las amigas preferidas de la poeta que ha partido para Lidia. Por esto Safo utiliza una analogía: Helena es su Anactoria. Ambas son bellas y han partido. Helena para Troya y Anactoria para Lidia. Por supuesto se analoga un referente mítico con uno real. La añoranza de Anactoria se evidencia en lo corporal, en cualidades físicas al igual que en el epitalamio anterior.
de ella ver quisiera su andar amable
y la clara luz de su rostro antes
que a los carros lidios o a mil guerreros
llenos de armas.
La analogía está separada por la temporalidad: pasado épico y presente sáfico. Pero el epílogo del poema confirma la estructura en anillo y se homologan esos espacios con el mismo fin: descartar el mundo masculino y exaltar las cualidades femeninas.